Pero más llama la atención el hecho de que la gran mayoría de las amonestaciones las haya visto a partir del mes de diciembre, cuando ya se habían jugado cuatro meses (sólo había recibido una, ante el Getafe, el 14 de septiembre). Después estuvo nueve partidos consecutivos sin ver ninguna. Así, sería desde el partido ante el Granada (5-1), el 30 de noviembre y con arbitraje de Prieto Iglesias cuando todo cambiaría. Le cogieron la matrícula y las amonestaciones empezaron a caer por doquier, casi por partido.