Jairo Samperio, Marko Marin, Víctor Machín, Raul Rusescu, Carlos Bacca y Kévin Gameiro. Durante el verano de 2013, el Sevilla ha buscado alimentar su ataque con una más que interesante combinación de verticalidad y técnica, apostando por devotos del balón. Pero, como es evidente, para que ellos sean protagonistas alguien debe asumir la tarea no sólo de recuperarlo, sino también de organizar la presión de las dos primeras líneas. En dos palabras: fuerza y dotes de mando. No tengo dudas de que Sebastián Cristóforo da el perfil.