Guillermo Barros Schelotto, uno de los personajes más queridos y reconocidos por los hinchas de Boca Juniors, primero como jugador (de 1997 a 2007) y ahora como entrenador, va de un lugar para otro en Buenos Aires. Dicen, los que mejor le conocen, que parece un robot: lo paran, le piden fotos, le comentan partidos… apenas tiene tiempo para él. Quizás, es el reflejo de ser el máximo responsable técnico de una de las entidades más populares y prestigiosas del mundo. Pero cuando escucha al otro lado del hilo telefónico los nombres del Sevilla y Antonio Puerta busca tiempo. Lo hace con ABC: «Nunca fui al Sánchez-Pizjuán, jamás. Claro que me hablaron, por supuesto. No hace mucho tuve una conversación con Enzo Maresca precisamente sobre eso (coincidió con él en el Palermo en enero y febrero)».
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