Pues no, el Sevilla no se rinde. Y no es un simple dicho, famoso ya por estar incluido en el célebre himno del Centenario, sino que ni siquiera después de perder 1-2 frente al Bayern de Múnich en la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones acepta la derrota final el conjunto de Nervión. Los jugadores lanzaron mensajes de fe nada más acabar el encuentro del martes en el Ramón Sánchez-Pizjuán, doloridos aún por la cruel derrota pero impulsados por sus propias sensaciones tras haber tenido al Bayern contra las cuerdas durante gran parte del encuentro y por la única forma en la que los alemanes lograron perforar la portería de David Soria, con autogoles del propio Sevilla.