Casi todo fue frustrante para el Sevilla en Madrid. Al principio y al final, porque se vio cerca de rascar algún tipo de éxito. En medio, porque le perdió el hilo a un partido del que pudo sacar más. Más poderoso físicamente que su rival, que ya es decir, le penalizó el error de Vitolo en el primer mano a mano con Casillas y el palo de Iborra.