Año como diría el padre del famoso Juliio Iglesias “raro, raro” ya que el conjunto nervionense ha sido capaz de alcanzar la cima para caerse poco después y viceversa, todo ello en intensos 365 días que han dado mucho de sí. El año lo comenzó mal, después de ver como transcurridos los primeros seis meses del mismo el equipo no lograba su objetivo de forma directa, sino gracias a rebotes y más rebotes.