La vida de un entrenador -en el Sevilla o en el Madrid- es una montaña rusa. De «maestro» o «catedrático» a no saber hacer los cambios. Una fuerza mental que también se entrena hace posible el equilibrio y el pensar siempre, por encima de todo, en el beneficio del equipo, aunque no lo parezca. Aquí, en más de media hora de charla, casi no se personaliza, pero los nombres están en la cabeza de todos. Nombres y resultados.