El pasado mes de enero, cuando la vida aún no había cambiado por la pandemia, Suso decidió que era momento de hacer las maletas y abandonar Italia. Marcharse de su querida Milán para acercarse a su tierra lo máximo posible, a poco más de 100 kilómetros. Decidió firmar por el Sevilla, tras varios años en los que Monchi había pretendido sin éxito su fichaje. Contar con Julen Lopetegui en el banquillo fue igualmente decisivo. Meses después le está buscando un lugar preferencial en su nueva casa a la camiseta, las botas y, sobre todo, la medalla que lo acreditan como campeón de la Europa League. El Sevilla ahora está centrado en otra final. Otra medalla. Una decisión de hace nueves meses que ha valido su peso en oro.