Antonio es eterno. Siempre está presente. Pero… la carga emocional del sevillismo se proyecta con más fuerza si cabe cuando toca hablar de la Supercopa de Europa. Este torneo que sólo juegan y ganan los más grandes lloró en su día la traumática pérdida del eterno «16» sevillista. La Supercopa del 31 de agosto de 2007 en Mónaco enfrentó a los de Nervión con el Milan en un encuentro que puede ser catalogado, quizá, como el más duro y difícil de la centenaria historia de la entidad.