La semana que viene, con todo el grupo ya en Sevilla, Unai Emery incluido, se antoja vital para comenzar a afilar un proyecto bien construido y con una estructura sólida, a priori, que todavía puede sufrir alteraciones, poco traumáticas en cualquier caso. Desde la planificación, la base está perfectamente montada. Faltan los retoques. Aunque, eso sí, algunos de esos remates finales podrían traducirse incluso en la llegada de nuevas caras a Nervión, a pesar de que el capítulo de incorporaciones quedó cerrado con la llegada de Kevin Gameiro, a expensas de ciertas vicisitudes de las que avisó Monchi, y que todo apunta a que van a producirse, principalmente por el número de efectivos implicados.