En opinión de Vaclik, en el Basilea y siguiendo el ejemplo de lo que sucede en la Bundesliga, el guardameta tiene que estar pendiente no solo defender su marco sino que además debe ser un elemento más a la hora de iniciar la jugada de ataque de su equipo. Sin embargo, con Machín la consigna es evitar correr riesgos y Vaclik lo comprende: “En realidad es lógico, porque la calidad de los jugadores en España y Suiza no es comparable”. Otra de las grandes diferencias que anota el portero checo respecto a los entrenamientos que hacía en Suiza es que en el Basilea primaba la fortaleza mientras que en España se apuesta más por la agilidad y la velocidad. “También tengo que ir al gimnasio tres veces a la semana durante 30 minutos, antes no iba en absoluto”, concluye.