Ahí es donde entra el nombre de Toño. Hasta ayer mismo eran muchas las voces que aseguraban tener constancia de que el cancerbero alicantino tenía un preacuerdo cerrado con el conjunto nervionense, que se haría efectivo cuando sus dos actuales porteros abandonasen el Pizjuán. Nada más lejos de la realidad. Y es que detrás de este asunto existe una intrahistoria bastante diferente. Es cierto que en su momento hubo un compromiso verbal, pero la realidad es que se encontraba ya roto, tal y como pudo confirmar ED antes incluso de que ayer se confirmara su fichaje por el Granada para las dos próximas campañas.