Seguramemente, hará lo que tenga en mente y no se dejará llevar por nadie. Ni por lo que reflejan las crónicas de prensa, ni lo que escucha por la radio, ni lo que le aconsejan los aficionados con los que se cruza por la calle. Unai Emery ganó en Cornellà su primer partido fuera de casa como entrenador del Sevilla en competición liguera, tres puntos que le aflojaron el nudo de una corbata que ya tenía bastante apretada con el parón y el derbi a la vuelta de la esquina. Y lo hizo, aunque lo niegue públicamente, siendo infiel a sus ideas y buscando un juego menos vistoso y con más equilibrio defensivo.