El Sevilla está abocado a desarrollar un nuevo modelo deportivo, en los despachos y en el césped. Lo está por la marcha del garante de los éxitos a corto plazo del último trienio y lo está por propio crecimiento del club, que ha apostado claramente por asentarse en la élite. La confirmada marcha de Unai Emery, que llegó como recurso de emergencia en enero de 2013 y encajó en un modelo de gestión de reciclaje anual de la plantilla, y la llegada de Jorge Sampaoli se encuadran en el marco idóneo para dar un paso más. Se acabó un proyecto presentado hace tres veranos precisamente a tres años, partiendo de cero. Y en este periodo, los cambios de plantilla no impidieron la consecución de tres títulos europeos, en un trienio de oro.