Apenas 14 partidos en Primera División han dado de sí tanto que ya se puede calificar el Sevilla-Villarreal como un clásico de este siglo XXI. La fulgurante irrupción del equipo de las cerámicas en nuestra centuria acaeció después de que el Sevilla lo mandase a Segunda División en aquella promoción de junio de 1999 en la que Tsartas, con dos goles en El Madrigal, y Quevedo, con otro tanto en un atestado Sánchez-Pizjuán, finiquitasen al Villarreal de Palop y Albelda. El destino les tendría guardadas diferentes sorpresas a los entonces villarrealenses… Hoy, en este mediodía tan propio de febrerillo el loco, vuelve a reeditarse este partido ya asentado como uno de los platos fuertes de la Liga. Puro fútbol, con muchas historias detrás. Demasiado bagaje para que se estropee por cuestiones extradeportivas.
