Los tiempos del fuego cruzado de declaraciones antes de los derbis, bustos en los palcos o la no presencia de directivos en el estadio rival han pasado a mejor vida en los derbis sevillanos. Desde la llegada al puesto de mandos verdiblanco del Consejo presidido por Miguel Guillén, las relaciones entre Betis y Sevilla no sólo se han normalizado, sino que existe una cordialidad inimaginable hace apenas cinco años. Ver a Guillén junto a Del Nido en actos deportivos, de patrocinios o de la propia ciudad se ha convertido en una estampa habitual que ya no extraña a nadie.