Todos los fichajes realizados hasta ahora a excepción de Kranevitter e incluido el recién anunciado de Joaquín Correa lucían este número en su espalda en sus anteriores equipos y responden a un perfil de futbolista imaginativo, con sumo criterio con el balón y visión. Un corte que en el Sevilla de Emery escaseaba pero que abundará en el vestuario del nuevo proyecto por petición expresa de Sampaoli, dispuesto a que su equipos controle el esférico y lleve la iniciativa dentro de una propuesta «extremadamente ofensiva».