Resulta triste decirlo, pero lo cierto es que al aficionado del Sevilla FC ya no le sorprenden arbitrajes como el que anoche llevó a cabo el colegiado Teixeira Vitienes ante el Barcelona. Más allá de las ocasiones falladas y de lo pronto que pareció arrojar la toalla Unai Emery, cuando la distancia en el marcador aún era salvable, el enfado en el seno del sevillismo es mayúsculo con el árbitro. Sobre todo, por una primera parte en la que el Sevilla FC tenía el partido más que controlado, con opciones claras de ampliar su ventaja, y en la que el propio árbitro se encargó de meter al Barcelona en el partido.