Si llega el día en el que Juan Cala se hace con la titularidad en el Sevilla, tendrá todo el derecho del mundo a pensar que ha sido por pura cabezonería suya. Ni el club ni la tropa de entrenadores que ha desfilado en las últimas temporadas se lo están poniendo fácil a este lebrijano que el pasado domingo demostró que el ostracismo al que lo ha sometido Emery (ha sido el compañero habitual de Stevanovic para quedarse fuera de las listas) quizás haya sido excesivo.