La idea es colocar un microchip en el uniforme del jugador, para tener comunicación con sus signos vitales, avisando en el momento que haya una falla con su salud.
Aun cuando en los estatutos de la FIFA está prohibido que haya comunicación electrónica entre el jugador y el área técnica, esta medida, cuya aplicación será resuelta en marzo, significaría una excepción a la regla.