Cuando un equipo, por el motivo que sea, pierde de una tacada a tres de los cuatro jugadores que más utilizó el último ejercicio cabe esperar que su camino se vea plagado de dificultades. Esto es lo que le pasó al Sevilla este pasado verano.
Cuando un equipo, por el motivo que sea, pierde de una tacada a tres de los cuatro jugadores que más utilizó el último ejercicio cabe esperar que su camino se vea plagado de dificultades. Esto es lo que le pasó al Sevilla este pasado verano.