Una cuestión menor que no lo es tanto si uno se refiere a los aspectos económicos, pues el de Utrera arribó al Ramón Sánchez Pizjuán a cambio de 3,5 millones de euros más un bonus por objetivos que, de seguir así, no se cumplirán. Un considerable desembolso al que, además, hay que sumarle la ficha del futbolista, quien se bajó el sueldo para abandonar el Atlético pero que, por contra, aumentó la duración de su contrato, hasta el próximo 2016.