El Sevilla ha alcanzado el ecuador de la Liga con buena nota y, además, con buena pinta. Cuando, el pasado verano, Monchi expresó su deseo de hacer “un cambio muy importante, el más ambicioso desde que soy director deportivo”, y José María del Nido –entonces presidente– anunció que se producirían “muchísimas llegadas y salidas”, la incertidumbre fue generalizada. Ahora, meses después, el nuevo proyecto –ha respondido en la Europa League y fracasado en la Copa del Rey– vive su mejor momento gracias al buen hacer en el campeonato doméstico. El conjunto nervionense (sexto con 30 puntos) acaba de firmar su mejor primera vuelta desde la temporada 2009/10 (sexto con 33 a las órdenes de Manolo Jiménez). Los puestos de competición continental están a tiro y son el objetivo.