Tres jugadores, sólo tres, permanecen en la primera plantilla que tuvo el Sevilla en la campaña 2013-14, la que acabó con el rotundo éxito de la tercera Europa League, primera del trío que logró el club con Emery en el banquillo. Es insólito que un equipo que remató sus últimas tres temporadas levantando un título europeo, con el enorme premio del pase a la Champions en los dos últimos casos, apenas conserve a tres mosqueteros de tan victoriosas batallas: Vitolo, Iborra y Carriço. Pero se trata del Sevilla. El gran animador de los mercados. El club con una política convertida en biblia: vender, vender y vender aunque duela, porque si duele quiere decir que es un activo bien cotizado.