Fazio, habitualmente frío y aparentemente apático tanto en el campo como fuera de él, demostró ayer que tiene su corazoncito y que en él guarda una heridita que le dejó cierta frase de Míchel. El argentino se postula como el relevo del sancionado Botía en la próxima cita liguera ante el Mallorca, después de que saliera del equipo en el descanso de la segunda jornada de Liga, aquel partido en Granada que el Sevilla empató con diez hombres tras la expulsión de Diego López.