Es el ansiado salto cualitativo que redundará positivamente en la configuración del nuevo proyecto, lógicamente. Esto, sumado al nuevo reparto televisivo, con un mínimo de 66 millones de euros garantizados, sitúa a los ingenieros de las finanzas sevillistas en una situación de privilegio. Pero el club no se va a volver loco a la hora de manejar esos dineros. La mala experiencia con Llorente invita a una inversión más racional, con algún esfuerzo importante, como el traspaso por Lucas Pérez o Dennis Praet, que están llamados a ser los fichajes más caros para el nuevo proyecto. En ello trabaja Monchi.