Del 12 de agosto al 12 de noviembre van mucho más que tres meses. En el caso de Wissam Ben Yedder, diez goles y muchas sensaciones bien distintas a aquella noche africana en Tánger. El delantero franco-tunecino, hoy endiosado desde fuera y desde dentro del club, quedó muy señalado cuando tuvo la oportunidad de lanzar un penalti que hubiera metido al Sevilla en la prórroga de la Supercopa de España ante un Barcelona que ganaba por 2-1 pero que no pasaba por sus mejores momentos. En Francia circulaba su nombre a diario y el Marsella se erigía en el mayor candidato a apostar por él. Zubizarreta llegó a hacer una oferta, pero no llegaba a lo que el Sevilla quería.