Si es verdad que el rostro es el mejor reflejo del alma, Yevhen Konoplyanka es la alegría del Sevilla en Lviv. Su presencia en la rueda de prensa junto a Unai Emery era el fiel reflejo del ánimo del extremo ucraniano en su regreso a su país natal. Y tiene razones para ello después del recibimiento que tuvo en el aeropuerto de la ciudad, donde unos 100 seguidores lo esperaban como si fuera la versión nacional de Leo Messi o Cristiano Ronaldo, más o menos. Lógicamente, el futbolista, tantas veces apagado en el resto de los desplazamientos sevillistas y solitario, era otro en semejantes circunstancias, con gente gritando constantemente «¡Ko-no-plyan-ka!».