Una terapia de grupo

El Sevilla vive en un pequeño (o grande según quién lo vea) estado de ansiedad. El enfado entre sus aficionados es generalizado. La derrota, con cinco goles en contra, en el derbi ante el Betis ha terminado de encender a una grada que no está dispuesta a soportar más afrentas. Como en todo lo que rodea al fútbol, cuando la pelota no entra todo es negativo, y hasta el color del techo del cuarto de baño del estadio parece una pésima elección. Es lo que tiene encadenar cuatro partidos sin conocer la victoria en LaLiga, no mostrar señas de identidad en el juego y ser goleado, ya incluso en tu propia casa, por quinta vez en la temporada.

Ver Noticia

Comparte por Whatsapp esta noticia

Deja un comentario