Berizzo iba a satisfacer a una parte importante de su afición con la titularidad de Ganso, un futbolista que, con el mayor respeto tanto a él como a sus partidarios, no tiene el ritmo necesario para jugar en la Primera División española. Y, claro está, por ahí empezó a resentirse toda la maquinaria. El brasileño trotaba por el campo, pero siempre estaba detrás de un contrario cuando la pelota le caía a Banega. Imposible conectar con él. Pero no sólo se quedaba aquí la cosa, también llegaba tarde a la presión. Es como si en una piscina hay un agujero, por ahí se escapa el agua y no hay manera de ponerle el parche, sobre todo en un equipo como este Sevilla que tampoco es un dechado de virtudes físicas.
Estoy totalmente en desacuerdo con usted. En el Real Madrid hay uno que ni defiende ni estorba y no pasa nada, hay que saber jugar con ello. En el Sevilla el que sobra es Banega, ¿Alguien ha contado cuantos balones pierde cada partido? Con él en el campo el juego se vuelve lento y tosco. Hay que adaptar el juego para Ganso, es el único que tiene ideas en ataque y mueve al equipo. No sé en qué piensa el entrenador cuando pone a los dos a la vez en el campo, porque Banega tampoco se puede decir que sea rápido en recuperar posición y contra un equipo cerrado es bastante negativo para el equipo. Con Banega en el campo el Sevilla parece un pollo sin cabeza en un corral.
Por cierto, cuando entró Mudo Vázquez, El Sevilla no mejoró en nada.