Desde su llegada a Nervión, el ex del Basilea se ha afianzado como titular y nadie le ha discutido su puesto, bien por falta de calidad, bien por la poca experiencia de los aspirantes a complicarle su acumulación de minutos durante la campaña. Sea por esta circunstancia o por los problemas defensivos que tuvo en el pasado el equipo, Vaclik ha tenido que luchar contra el eterno debate que siempre ha acechado a la portería sevillista casi desde la marcha de Andrés Palop. No es fácil encontrar a un guardameta que permanezca tantos años al máximo nivel y cuya presencia en el once titular sea casi innegociable en varias temporadas seguidas.