Uno nació en Pino Montano, barrio popular de Sevilla; el otro, en Vallecas, distrito de Madrid; el primero vive en Vigo, Galicia; el segundo, en Sevilla. Están separados por 800 kilómetros de carretera y mañana cada uno defenderá a su equipo. Portero y delantero, condenados a verse en Balaídos, son amigos, se llaman «hermano» el uno al otro, hablan todos los días por teléfono, pero, sin embargo, no lo habían hecho sobre el partido.