Uno de los argumentos más fuertes que transmitía el Consejo de Administración sevillista, para defender a Víctor Orta, es que su trabajo estaba condicionado por la cantidad de jugadores que tenía el club en nómina.
Evidentemente Monchi ha hecho un gran trabajo en Nervión y ha sido el artífice de los mayores éxitos, pero es cierto que en los últimos años no ha tenido todo el acierto que en otras épocas.
Víctor Orta está deshaciendo todo lo que Monchi había dejado en las últimas temporadas. Ya no queda nada de su portería, se vendió a Bono y Dmitrovic se marcha al Leganés. Quedan Nyland y Álvaro Fernández, fichajes de Orta.
Con la salida de Óscar Rodríguez, rumbo también al equipo pepinero, el centro del campo de Monchi queda casi totalmente destruido, solo con Joan Jordán de su etapa, muy difícil de colocar por su salario y sus años de contrato.
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Además el actual director deportivo también estaría encantado de quitarse de encima a otro fichajes del de San Fernando, como Montiel, Marcao o Nianzou, aunque en los dos últimos casos es prácticamente imposible.
También se libró de Gattoni, Augustinsson y Delaney. Acuña está en el mercado y se escuchan ofertas por él. Ocampos y Suso si cuentan para el míster.
