Pero la distendida mañana en el Sánchez-Pizjuán ha dejado también otros ingeniosos capítulos y muchas risas sobre el césped que han tenido como protagonistas a los jugadores, bastante más relajados aparcada ya la tensión competitiva. José Antonio Reyes se ha llevado, sin duda, la broma de la jornada. Sus compañeros lo han introducido en un flotador gigante y lo han pateado por todo el terreno de juego como si fuera un balón. No lo olvidará fácilmente.