Xhaka: «Su afición tiene sangre caliente»

Granit Xhaka es uno de los futbolistas indiscutibles para su entrenador, Lucien Favre, con el que comparte nacionalidad. No en vano, fue una petición expresa del preparador suizo, que desembarcó en Moenchengladbach en febrero de 2011 y, dos veranos más tarde, avaló el pago de nueve millones de euros de traspaso al Basilea para reclutar a este jovencísimo y talentoso mediocentro (22 años y 1,85), un pilar al que, a veces, el temperamente le juega malas pasadas. Tanto es así que, desde que se afianzara en el once del Borussia en la 13/14, siempre se ha perdido algún partido por expulsión.

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